Enamorado de Barcelona

Uno se acaba acostumbrando a todo, hasta a tener disturbios cada día en su ciudad. Al cabo de unos días la situación ya deja de traer miedo e incertidumbre para traer solo un poco de tristeza y cansancio emocional.

Tengo familia y amigos muy cercanos que apoyan la sentencia a los presos políticos, para los que un referéndum independentista está fuera de lugar y que no quieren escuchar nada acerca de la independencia de Catalunya. Para ellos, Catalunya es España.

Tengo familia y amigos muy cercanos a los que la sentencia les parece una barbaridad, para los que un referéndum independentista es fundamental y que piensan que ya es hora de ser independientes de un estado “fascista” y anclado en el pasado. Para ellos, Catalunya ya no debe formar parte de España.

Tengo familia y amigos a los que eso ni les va ni les viene. Lo único que quieren es seguir viviendo su vida sin dolores de cabeza políticos. Ven trapos pintados de colores donde otros ven banderas y no les importa que otras personas hayan puesto el nombre de España o Catalunya al suelo que están pisando.

Cada uno de estos grupos tienen sus razones personales para pensar lo que piensa.

Pero estos no son los tres grupos “predominantes”, a pesar de que, en un esfuerzo por transmitir los hechos de manera más sencilla así se hable en conversaciones y se muestre en medios de comunicación. Eso sería demasiado simplista.

La mayoría de personas tienen un “mix” de ellos en su interior. Y todas tienen familia y amigos que piensan de forma diferente a ellos en algunos puntos fundamentales de todo el asunto.

Están, por ejemplo, los que quieren que Catalunya siga siendo Española pero les parece fatal el hecho de que no se pueda votar eso en un referéndum.

O los que creen que las sentencias de cárcel han sido una barbaridad a pesar de que no apoyan un referéndum ni la independencia.

O los que antes no eran separatistas y ahora sí lo son. O al revés.

O los que apoyan la independencia pero no apoyan la violencia. Los que están cansados de que “no pase nada” y sí que apoyan medidas más drásticas, aunque ellos no salgan a la calle. Los que ven como el gobierno español no quiere sentarse a hablar con el catalán. Los que ven a un gobierno catalán incompetente. Los que creen que todos los políticos son unos desgraciados. Los que odian el catalán y la bandera catalana. Los que odian el castellano y la bandera española. Los que se quedan en casa por las noches viendo Netflix y sin escuchar las noticias, ajenos a todo. Los que odian a la policía. Los que se cubren con capuchas y solo esperan a que empiecen las batallas campales para poder quemar cosas, sacar su energía y exteriorizar toda su rabia. Los que solo quieren gritar e insultar. Los que quieren formar parte de “algo” más grande que ellos para sentir pertenencia. Los que quieren paz y se ponen en medio de manifestantes y policía. Los que solo lloran de miedo y tristeza. Los que se ríen y alegran al ver caos. Los mirones y los que solo quieren hacerse fotos. Los extranjeros que vienen a “divertirse”. Los que quieren hacerse los héroes. Los que solo piensan en proteger a su familia y lo demás no importa. Los que quieren que todo el sistema capitalista y el orden establecido cambie ya a cualquier cosa que no sea ésta.

Tengo muchas de esas partes en mi interior. Reconozco la parte a la que le gusta España, la parte a la que le gusta Catalunya y la parte enamorada de Barcelona. La parte que puede ver cómo su ciudad está en llamas cada noche y aún así seguir creyendo que es uno de los mejores lugares en los que vivir en este mundo. Reconozco a mi parte que habla catalán, la que habla castellano y la que habla inglés. La parte que dice que sería mejor poder arreglar esto entre todos los que formamos un mismo país y una misma cultura y la parte que cree que, políticamente, ya no se puede arreglar nada y que lo mejor es borrón y cuenta nueva con la independencia. La parte que se la sudan las banderas y los nombres pero que cree que, como mínimo, las personas tienen que tener derecho a decidir con un referéndum. La parte que cree que la constitución española está anticuada y la parte que puede vislumbrar como las leyes han permitido crear más paz entre los pueblos y las personas a lo largo de los siglos. La parte a la que le da asco ver a alguien con una bandera española con un toro enmedio gritando ‘Viva Franco y viva España” y la parte a la que da asco ver a alguien con una bandera independentista gritando “Puta Espanya”. La parte que no sabe nada y que piensa que todo mi pensamiento está sesgado por lo que he vivido, aprendido y leído en mi vida y que puede no ser cierto. E incluso la parte de mí a la que le gustaría meterse dentro del barullo y empezar a destrozar cosas y formar parte de una emocionante batalla campal en medio de la ciudad.

Ayer estuve en plaza Urquinaona, en la línea entre manifestantes independentistas y policía nacional, para ver qué sentía. Y lo que vi me sorprendió: la mayoría de personas insultaban continuamente, solo con el objetivo de provocar, mientras los policías aguantaban allí de pie, sin moverse ni decir nada, horas y horas. No me extrañó nada que luego empezaran otra vez los disturbios.

Pero no, el que yo viera eso durante un rato no significa que ahora toda la culpa es de los manifestantes o de los independentistas. Eso es lo que nos suele pasar, que cogemos trozos muy pequeños y sesgados de información y los extrapolamos a nuestras propias convicciones, reforzando así nuestras creencias.

Esas personas que estaban allí no son “el movimiento independentista”, son esas personas que estaban allí.

El que esas personas estén allí provocando e insultando viene -emocionalmente- de muchos sitios.

Si dejamos de lado toda racionalidad, lo único que se ve es dolor, odio, miedo y sufrimiento. El que llevamos todos dentro en mayor o menor medida.

No creo que sea casualidad que todas las personas que conozco más “radicales” y extremistas en este asunto, tanto apoyando al lado más “español” como el lado más “català” son las que más dolor y confusión tienen o han tenido en sus vidas.

Y básicamente, creo que si no tienes mucho miedo y rabia en tu interior, no puedes coger una piedra y lanzarla contra otra persona.

Así como también creo que, si no tienes mucho miedo y egoísmo en tu interior, no te beneficias de tu puesto de poder en detrimento de otras personas.

Y nada más. No hay una conclusión clara ni una solución para este post. Ni siquiera una esperanza. Lo único que puede hacer cada uno es trabajar en sí mismo, quizá soltando “lastre” respecto a sus creencias férreas para empezar a sentir curiosidad por lo que está diciendo la “otra parte”.

Es posible que, aunque no lo creas, la otra parte esté hablando tu idioma.


12 Comments

  1. Buenas crack,

    ¡Enhorabuena por el post!¡ Es genial!

    La verdad es que es difícil de explicar lo que sucede estos días en Barcelona. La gente, como dices, tiene su propia parte de verdad, su propia opinión, en muchos casos basada en ideas algo distorsionadas por diferentes motivos o por lo que les ha tocado vivir.

    En mi también hay bastantes partes diferentes que dan la razón a ambos bandos, sin embargo, la violencia nunca es el camino correcto. Al final somos todos seres humanos y eso no se nos debería olvidar.

    En fin, ojalá todo llegue a buen puerto, aunque me muestro bastante escépcito al respecto.

    Un abrazote de otro amante de Barcelona.

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    • Buenas Carlos,

      Coincido contigo y creo que ahí está una de la claves: al generalizar y poner nombres a los diferentes “grupos” se crean “bandos” y se nos olvida que esos bandos los forman otros seres humanos, igualitos que nosotros.

      ¡Muchas gracias por tu comentario! Un abrazote 🙂

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  2. Cómo ayuda lo que has escrito a no generalizar ante los hechos,a tener en cuenta todas las visiones sin juzgarlas desde fuera.

    Es una pena todo lo ocurrido,y por favor que se cure el policía gravemente herido y todos aquellos q quedaron “malparados” queden “reparados”.
    Pero sobretodo,como tu dices, ojalá seamos capaces cada uno de mirar más a nuestro interior. Para aprender a abrazar de corazón y comprender la diferencia, poniendo por encima de la ideología, Amor y Humanidad!

    Gracias por compartir tus pensamientos!Anda, sigue escribiéndonos Pablo!!

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    • Hola Marta,

      Ojalá se pueda reparar el daño ya hecho y se curen todos los heridos, tanto físicamente como emocionalmente. Muchas gracias por tu comentario, es realmente bonito.

      Jajaja, seguiré escribiendo, sí 🙂

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